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Política Industrial: Rumbo a un crecimiento económico conjunto

El 20 de septiembre, la entonces Secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, presentó la estrategia “Rumbo a una política industrial”

Actualizado: 1 dic 2022

El 20 de septiembre, la entonces Secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, presentó la estrategia “Rumbo a una política industrial”, que busca “alinear los esfuerzos de actores económicos, públicos y privados, hacia un modelo económico que genere un crecimiento incluyente mediante la actualización tecnológica, el incremento del contenido nacional y el desarrollo del capital humano”. Dicha estrategia, que obedece a las tendencias internacionales en la materia, busca satisfacer las necesidades de las industrias -principalmente de aquellas pertenecientes a los sectores de agroalimentos, electricidad y electrónica, electromovilidad, servicios médicos y farmacéuticos, y creatividad.

Al ser una política de Estado, se espera que bajo el liderazgo de la nueva Secretaria, Raquel Buenrostro, se dé continuidad para que su implementación y el ejercicio adecuado de la estrategia promuevan el desarrollo económico, siendo éste sostenible e incluyente. En este marco, se buscará fomentar la competitividad y las capacidades productivas de la industria mexicana y que el mercado interno sea fortalecido por medio de las herramientas de comercio exterior y la gran capacidad industrial en el país.

Los resultados de la citada política industrial podrían observarse empezando por los encadenamientos productivos, el aumento en las exportaciones, los índices de inversión, de producción interna y de empleabilidad; además de una reducción de la brecha tecnológica, una mayor diversificación de productos, un mejor aprovechamiento de los recursos naturales, y una distribución del ingreso más equitativa. Lo anterior conllevaría a grandes beneficios socioeconómicos, como un aumento en la profesionalización de los trabajadores de los sectores productivos, mayor ingreso y mejor calidad de vida. Al mismo tiempo, la política industrial traería unidad a dos caras de la industria, la de las empresas transnacionales, con gran capital y mucho desarrollo; y la de las micro, pequeñas y medianas empresas; pues ambas se volverían complementarias e interdependientes en todas las etapas de producción.

Los ejemplos más populares sobre la implementación de una política industrial son China y Estados Unidos. Desde entonces, los gobiernos de ambos países han guardado una estrecha relación con el sector privado, incentivándolo y fortaleciéndolo por medio de apoyos económicos, infraestructura pública adecuada y un diálogo constante con miras a la transformación. Sobra decir que ambos países han logrado posicionarse como líderes mundiales altamente competitivos, con innovaciones constantes en las prácticas productivas y avances tecnológicos, al igual que en modelos y contenidos educativos y de sostenibilidad.

Es prioritaria la correcta y pronta implementación de la política industrial; así como la creación de espacios favorables al diálogo para conocer las necesidades y oportunidades que presentan las industrias mexicanas. Asimismo, es indispensable la cooperación entre el sector privado y las autoridades, en todos los niveles y en todos los sectores; así como el acercamiento y la creación de lazos sólidos entre las empresas de mayor tamaño con las MiPyMEs. Esto, sobre todo, con un enfoque en reconstruir a los sectores productivos y alentar la recuperación del país.

Este artículo es parte de las colaboraciones de Gustavo Almaraz Petrie, Presidente Ejecutivo de Grupo Estrategia Política, con el Grupo de Plumas Coparmex. Podrá encontrarse como #ColumnaInvitada en la revista digital de Expansión Política.

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